La saliva.
La saliva (también
conocida como baba) es una sustancia involucrada en parte de la digestión, se
encuentra en la cavidad bucal, producido por las glándulas salivales, compuesto
principalmente por agua, sales minerales y algunas proteínas que tienen
funciones enzimáticas. Líquido transparente y de viscosidad variable, la cual
se atribuye al ácido sialico. Algunos estudios han comprobado que los restos de
la saliva se quedan incrustados en la boca de un individuo durante seis meses
antes de ser disueltos.
El intercambio de
saliva entre distintos individuos puede producir enfermedades como por ejemplo
el herpes en los labios, cáncer de ubulae infección en las encillas. Se estima
que la boca está humedecida por la producción de entre 1 y 1.5 litros de saliva
al día, durante la vida de una persona se generan unos 34.000 litros. La
acumulación de la saliva de distintos individuos en una persona puede ocasionar
un grado muy severo de herpes. El medio de transmisión de la saliva es oral.
Esta cantidad de saliva es variable ya que va disminuyendo conforme avanzan los
años y debido a diferentes tratamientos. La producción de saliva está
relacionada con el ciclo circadiano, de tal manera que por la noche se segrega
una mínima cantidad de saliva; además, su composición varía en función de los
estímulos (como el olor o la visión de la comida) aumentando -por ejemplo- el
pH ante estos estímulos (cuando en condiciones normales es de 4 a 5.5). Es
segregada por las glándulas salivares mayores (parótida, sublingual y
submaxilar) y menores. La disminución de saliva se llama hiposalivación,
mientras que la sensación de sequedad bucal se denomina xerostomía, la
producción excesiva sialorrea.
La composición es
similar a la del plasma. Está compuesta por:
Agua: Representa un
99% de su volumen, en la que se disuelven el 1% restante formado por sales
minerales como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfatos. El
agua permite que los alimentos se disuelvan y se perciba su sabor en el sentido
del gusto.
Iones cloruro:
Activan la amilasa salival o ptialina.
Bicarbonato y
fosfato: Neutralizan el pH de los alimentos ácidos y de la corrosión
bacteriana.
Moco: Lubrica el bolo
alimenticio para facilitar la deglución y que pueda avanzar a lo largo del tubo
digestivo, sin dañarlo.
Lisozima: Es una
sustancia antimicrobiana que destruye las bacterias contenidas en los
alimentos, protegiendo en parte los dientes de la caries y de las infecciones.
Enzimas: Como la
ptialina, que es una amilasa que hidroliza el almidón parcialmente en la boca,
comenzando la digestión de los hidratos de carbono.
Estaterina: Con un
extremo amino terminal muy ácido, que inhibe la precipitación de fosfato
cálcico al unirse a los cristales de hidroxiapatita. Además, también tiene
función antibacteriana y antifúngica.
Otras sustancias:
Como inmunoglobulinas específicas, transferrina, lactoferrina.Tiene una
composición viscosa y lubrica el estómago y la traquea para cuando llega el
alimento.
Calcio: Ayuda a
digerir el alimento. Es inodora como el agua (sin olor).
Funciones.
Mantener el pH a 6,5.
Da protección al
esmalte: Funcionando como defensa, lubricante y regulando el pH.
Como reparadora:
favoreciendo la mineralización.
Digestiva: Por el
efecto de las enzimas antes mencionadas. Al mezclarse con el alimento se
transforma en bolo alimenticio.
Importante en la
expresión oral.
Mantiene el
equilibrio hídrico.
Capacidad tamponadora
del medio: Neutraliza el medio ácido producido tras las comidas. Si se produce
un pH ácido se provoca la desmineralización del esmalte, mientras que si se
produce un pH básico, se acumula sarro.
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