miércoles, 14 de marzo de 2012


La saliva.
La saliva (también conocida como baba) es una sustancia involucrada en parte de la digestión, se encuentra en la cavidad bucal, producido por las glándulas salivales, compuesto principalmente por agua, sales minerales y algunas proteínas que tienen funciones enzimáticas. Líquido transparente y de viscosidad variable, la cual se atribuye al ácido sialico. Algunos estudios han comprobado que los restos de la saliva se quedan incrustados en la boca de un individuo durante seis meses antes de ser disueltos.
El intercambio de saliva entre distintos individuos puede producir enfermedades como por ejemplo el herpes en los labios, cáncer de ubulae infección en las encillas. Se estima que la boca está humedecida por la producción de entre 1 y 1.5 litros de saliva al día, durante la vida de una persona se generan unos 34.000 litros. La acumulación de la saliva de distintos individuos en una persona puede ocasionar un grado muy severo de herpes. El medio de transmisión de la saliva es oral. Esta cantidad de saliva es variable ya que va disminuyendo conforme avanzan los años y debido a diferentes tratamientos. La producción de saliva está relacionada con el ciclo circadiano, de tal manera que por la noche se segrega una mínima cantidad de saliva; además, su composición varía en función de los estímulos (como el olor o la visión de la comida) aumentando -por ejemplo- el pH ante estos estímulos (cuando en condiciones normales es de 4 a 5.5). Es segregada por las glándulas salivares mayores (parótida, sublingual y submaxilar) y menores. La disminución de saliva se llama hiposalivación, mientras que la sensación de sequedad bucal se denomina xerostomía, la producción excesiva sialorrea.
Composición de la saliva.
La composición es similar a la del plasma. Está compuesta por:
Agua: Representa un 99% de su volumen, en la que se disuelven el 1% restante formado por sales minerales como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfatos. El agua permite que los alimentos se disuelvan y se perciba su sabor en el sentido del gusto.
Iones cloruro: Activan la amilasa salival o ptialina.
Bicarbonato y fosfato: Neutralizan el pH de los alimentos ácidos y de la corrosión bacteriana.
Moco: Lubrica el bolo alimenticio para facilitar la deglución y que pueda avanzar a lo largo del tubo digestivo, sin dañarlo.
Lisozima: Es una sustancia antimicrobiana que destruye las bacterias contenidas en los alimentos, protegiendo en parte los dientes de la caries y de las infecciones.
Enzimas: Como la ptialina, que es una amilasa que hidroliza el almidón parcialmente en la boca, comenzando la digestión de los hidratos de carbono.
Estaterina: Con un extremo amino terminal muy ácido, que inhibe la precipitación de fosfato cálcico al unirse a los cristales de hidroxiapatita. Además, también tiene función antibacteriana y antifúngica.
Otras sustancias: Como inmunoglobulinas específicas, transferrina, lactoferrina.Tiene una composición viscosa y lubrica el estómago y la traquea para cuando llega el alimento.
Calcio: Ayuda a digerir el alimento. Es inodora como el agua (sin olor).
Funciones.
Mantener el pH a 6,5.
Da protección al esmalte: Funcionando como defensa, lubricante y regulando el pH.
Como reparadora: favoreciendo la mineralización.
Digestiva: Por el efecto de las enzimas antes mencionadas. Al mezclarse con el alimento se transforma en bolo alimenticio.
Importante en la expresión oral.
Mantiene el equilibrio hídrico.
Capacidad tamponadora del medio: Neutraliza el medio ácido producido tras las comidas. Si se produce un pH ácido se provoca la desmineralización del esmalte, mientras que si se produce un pH básico, se acumula sarro.

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